Cual fue mi sorpresa, y la de todos los congregados alrededor de sendas mesas de la terraza de ese bar frente a la gerencia de urbanismo de nuestra querida ciudad, al escuchar los alegres cánticos de un grupo de decenas de jóvenes cristianos que animosa y súbitamente se plantaron en medio de la plaza presididos por un estandarte.
Total, que todos nos quedamos así un poco extrañados. Nos dimos cuenta enseguida de que iban a ponerse a predicar. Iban bien preparados, tenían su micrófono y su ampli, su cruz... eran decenas y decenas, bastante pezqueñines. La gente se asomaba desde los balcones... vamos, que parecía eso el concierto de los Beatles en la terraza del edificio Apple.
En esos momentos uno no sabe bien cómo reaccionar. Yo reaccioné con curiosidad. Hoy día es políticamente correcto ser anticlerical o simplemente decir que no se tiene fe en nada y percibí que la gente se forzaba a sí misma a actuar sin naturalidad, forzándose a bromear entre ellos sobre la situación. Una pareja se levantó con el móvil a grabarlos, joder, ni que fuera el apareamiento de un lince ibérico en cautividad.
Total, hubo cuatro oradores, el primero era un payo absurdo con un carisma nulo y plenamente olvidable. La segunda era una nena monísima con unos pantalones blancos y el pelo cortado a lo Mia Wallace. El caso es que mientras el primero hablaba yo le dije a mi amigo "Mira esa, la de los pantalones blancos...". Unos minutos antes de significarle a la joven me quejaba amargamente de que solo me fijo en las "chicas especiales", que tengo un radar, y fíjate tú que entre todas sale a predicar ella. Dice "Hola, me llamo... y tengo diecisiete años.". ¡No sigas! ¡No rompas la magia!... Pero siguió... "Soy la pequeña de once hermanos, cinco están ya en el cielo..."
El tercero era un caso realmente dramático, un matrimonio muy joven, ella en una silla de ruedas por no se qué afección repentina y su marido, éste declamando en medio de la plaza junto a su esposa "Yo sé que a mi mujer le quedan seis meses de vida, pero..."
El mensaje que intentaban transmitir todos, su testimonio, en el sentido cristiano de la palabra, podéis imaginarlo.
Lo que me jode del tema es ese absurdo pudor de la gente que les impedía borrar esa media sonrisa de la cara al escucharlos, da igual que hablaran de que habían encontrado un amigo en Jesús y lo felices que eran o de que se les había muerto media familia...
Un respeto para esos chicos, o al menos tratadlos con naturalidad. Yo si tuviera la receta de la felicidad y la vida eterna la gritaría a los cuatro vientos y la cantaría en medio de una plaza como ellos, no me la quedaría entre dientes mientras bebo mi Baylis.
Total, que todos nos quedamos así un poco extrañados. Nos dimos cuenta enseguida de que iban a ponerse a predicar. Iban bien preparados, tenían su micrófono y su ampli, su cruz... eran decenas y decenas, bastante pezqueñines. La gente se asomaba desde los balcones... vamos, que parecía eso el concierto de los Beatles en la terraza del edificio Apple.
En esos momentos uno no sabe bien cómo reaccionar. Yo reaccioné con curiosidad. Hoy día es políticamente correcto ser anticlerical o simplemente decir que no se tiene fe en nada y percibí que la gente se forzaba a sí misma a actuar sin naturalidad, forzándose a bromear entre ellos sobre la situación. Una pareja se levantó con el móvil a grabarlos, joder, ni que fuera el apareamiento de un lince ibérico en cautividad.
Total, hubo cuatro oradores, el primero era un payo absurdo con un carisma nulo y plenamente olvidable. La segunda era una nena monísima con unos pantalones blancos y el pelo cortado a lo Mia Wallace. El caso es que mientras el primero hablaba yo le dije a mi amigo "Mira esa, la de los pantalones blancos...". Unos minutos antes de significarle a la joven me quejaba amargamente de que solo me fijo en las "chicas especiales", que tengo un radar, y fíjate tú que entre todas sale a predicar ella. Dice "Hola, me llamo... y tengo diecisiete años.". ¡No sigas! ¡No rompas la magia!... Pero siguió... "Soy la pequeña de once hermanos, cinco están ya en el cielo..."
El tercero era un caso realmente dramático, un matrimonio muy joven, ella en una silla de ruedas por no se qué afección repentina y su marido, éste declamando en medio de la plaza junto a su esposa "Yo sé que a mi mujer le quedan seis meses de vida, pero..."
El mensaje que intentaban transmitir todos, su testimonio, en el sentido cristiano de la palabra, podéis imaginarlo.
Lo que me jode del tema es ese absurdo pudor de la gente que les impedía borrar esa media sonrisa de la cara al escucharlos, da igual que hablaran de que habían encontrado un amigo en Jesús y lo felices que eran o de que se les había muerto media familia...
Un respeto para esos chicos, o al menos tratadlos con naturalidad. Yo si tuviera la receta de la felicidad y la vida eterna la gritaría a los cuatro vientos y la cantaría en medio de una plaza como ellos, no me la quedaría entre dientes mientras bebo mi Baylis.
10 comentarios:
plas, plas, plas, plas, plas....!!!(no se me ocurre mejor onomatpeya para los grandes aplausos que merece este post)...
Pese a lo que dicen las malas lenguas sobre no sé qué de tu origen vulcaniano, en esta ocasión ha mostrado una humanidad y noblezas aplastantes...Sr. Spock,digo....Goliadkin...
Muchas gracias amigo, creo que es lo mínimo.
En cuanto a lo del origen vulcaniano lo niego, no simpatizo con esa raza trekkie...
¿Tal vez entonces se confirmnan los más funestos presagios y rumores qu dicen eres un klingon encubierto? ¡mecachis!
¿Y eso a qué hora fue exactamente? ¿Y qué día? ¿Viernes, sábado, domingo?
Queremos saber.
Fue sábado a eso de las 11:30 a 12:00 pm... ¿Es que sabes de qué va el tema?. Tal vez lo vayan a hacer todos los sábados...
No se porque me da a mi que va relacionado con uns jornadas sobre cristianismo que han habido este fin de semana pasado.
Dudo que lo hagan todos los fines de semana.
A mi me sorprende incluso más la cara de alegría, paz y felicidad que portan los niños de cualquier pais africano cuando llegan extranjeros a sus aldeas. Con todas sus carencias y sus ojos son más vivos y brillantes que el resto de los mortales (ya podrían apender nuestros niños españoles).
Yo si quiero esa receta!!!
Saludos
Esa cara de alegría, Alboroque, es pq son caníbales y nos ven como el próximo chuletón que echar a a l olla, lo que pasa es que los coñazos de los tour-operadores se les adelantan, y cuando van a nuestro bungalow pa echarnos al puchero, nosotros ya nos hemos metido un terrible madrugón para irnos a las seis de la mañana a recorrer el Serengueti pa ver un par de leones mustios y dos cebras llenas de moscardas para luego contarlo (exageradísimamente, que los safaris están pa fardar) al volver a Murcia...
Y ahora, en serio: no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. Esa es la fórmula...
Quizá vuelva a incurrir en mi ya denostado onfalismo y reduccionismo ;-) pero que les den a estos el mismo respeto que a los que claman por la IIIª República.
A mí tb me molesta el pollo que se monta en la Redonda cada vez que gana alguien algo y lo más que hago es al pasar pitar un poco yo tb desde el vehículo y listo, aunque lo primero que piense sea "pues tb se podían ir a celebrarlo en medio del Campo de Cartagena y dejarme llegar a tiempo a cenar".
Ay TOLERANCIA, cuantas veces se usa tu nombre en vano...
Ayer en clase hablamos de las pelis de Hitchcock y de Tarantino (por supuesto, mis niños, ni puta idea). Me habéis puesto un microchip o una cámara oculta? O es mera conexión mística? Da un poco de yuyu si lo pienso mucho.
Por cierto, el enlace que pones no lleva a Chuck Berry! Si es que… You never can tell! http://es.youtube.com/watch?v=GWr_eSfTtIw&feature=related
Me dijeron que eran los kikos de San Lorenzo, por las cruces de mayo, pero vamos, que yo no lo sé ni lo vi.
No veo lo malo en que te saquen media sonrisa, es algo que escapa de lo normal.
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