domingo, 1 de junio de 2008

Homo clavis


Homo digitalis, eso dicen. Yo diría Homo clavis u homo password. Estoy realmente hastiado de crear códigos y claves y contraseñas. Haced un alto brevemente y paraos a pensar: el ordenador, las tarjetas de crédito, el código pin, las alarmas, las cuentas de correo...

Yo distingo dos tipos de contraseñas: las molestas y las peligrosas. Las molestas son inocuas, usualmente numéricas, fácilmente olvidables. Esas son de las tarjetas, por ejemplo, o las alarmas. Yo declino amablemente cualquier tarjeta, por ventajosa que sea, con tal de no atarme nuevamente a otra secuencia de números. No me valen la pena los descuentos en el supermercado o puntos de viaje canjeables hacia ninguna parte.

Luego están las peligrosas, las alfanuméricas. Y es que una clave, una contraseña, lejos de vedarnos un espacio o una identidad nos coloca frente a una puerta que, lenta o súbitamente, se entreabre. Cuando creas una clave dejas algo de ti en ella, de tu interior. Es probable que una fecha, un nombre, una palabra con algún sentido, por favor, que exista al menos una palabra con algún sentido. Se busca lo indeleble, no tanto por pragmatismo sino por la maldición de Narciso. Aquello que es recordado es algo inevitablemente aprehendido y aferrado.

Yo me confieso: no soy de aquellos que puedan repetir una clave o escoger la misma para todo uso, al menos de las peligrosas.

Hay algunas que me duelen cada día, cada vez que las escribo y tantas veces y que no cambio, me pienso autocomplacido, por la enojosa tarea de generar otra nueva contraseña. Aún recuerdo contraseñas y claves que hace tiempo perdieron su mágica cualidad de llave, de heraldo.

He llegado a pensar que ante el umbral de la muerte se nos pedirá esa última clave.

5 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

No deberia dar estas pistas, pero algunas de mis claves favoritas proceden del cine.

Por ejemplo, si viete "Sneakers (Los fisgones)", aquella memorable con Robert Redford, Sydney Poitier, Ben Kingsley, el malogrado River Phoenix y hasta el hilarantemente conspiranoico Dan Aykroyd quiz recordaras la clave de todo el meollo, un aparato que era capaz de decodificarlo TODO.

Se le conocia por el nombre en codigo SETEC ASTRONOMY, y solo cuando los protas lo tienen en su poder se les ocurre probar q ver que es y que hace tras alterar las letras que componen el nombre y obtener TOO MANY SECRETS con piezas del Scrabble.

Otra clave que me gusta mucho es una frase que le suelta Leeloo (Milla Jovovich) a Korben Dallas (Bruce Willis) en "El quinto elemento" tras darle este un beso: "AKTA GAMAT". Preguntado el monje Cornelius (Ian Holm) por el significado del palabro este traduce "Nunca sin mi permiso".

¿Complicado? Ahora viene lo bueno.

En UK puedes comprar la matricula para tu coche y que en ella ponga la combinacion de letras y numeros que quieras. Las mas chulas se subastan por sus dueños y asi es un sombolo de status y distincion que tu coche lleve la matricula (p.ej.) JOHN 1.

El problema añadido es que muchas veces la matricula que te gustaria tener con tu nombre ya esta comprada asi que recurren al "truco" de componer letras mediante numeros y asi esas matriculas o estan libres o resultan baratas.

Por ejemplo, una R se consigue con un 1 y un 2: 12 y cualquier letra que se parezca a un numero pues ahi lo tienes: I=1, E=3, O=0, B=8, T=7... asi no tienes que gastarte un dineral en la matricula ROBERT sino comprar mas barata la 1208E127.

Ahora aplica esa formula a claves como las anteriores y obtendras un galimatias de aupa. La pesadilla de un criptografo.

Y otro dia te explico como aplicar sencillisimas reglas para que cada vez que te das de alta en algo individualices la clave de forma que sea sencillo recordarla y que nunca la confundas con otra.

Meg dijo...

Mis claves tienen más que ver con lo que me gusta (como a Antonio) que con otras cosas.

Lo malo de tener determinadas claves asociadas a determinados momentos es que pasados los mismos, nos queda un poso de pesar cada vez que tecleamos un nombre o una fecha señalada.

Una de mis claves representa algo muy importante en la mitología vikinga, por ejemplo. Algo así es algo personal e intransferible mío, de nadie más, no lo tengo asociado a un recuerdo de una persona ni a una fecha señalada, es sólo mío.

Y es que los sentimientos te pueden a veces, Goliadkin

Paul Spleen dijo...

Conozco a un músico cuya clave para todo es: mntccdlp. Para escribirla, se pone a cantar Mueve, niña, tus caderas, cobarde de la pradera, y pulsa una tecla por nota. Genial.

Paul Spleen dijo...

Oye, pues me gusta mucho cómo escribes, soy un lector asiduo del blog y te tengo en el Google Reader para enterarme de cuándo has escrito algo nuevo, pero es verdad, no sé por qué no te había enlazado. Subsanado queda: Goliadkin, el samurái.

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Goliadkin dijo...

Muchas gracias Paul, aunque me parece un tanto complicado no?. Prometo poner tus enseñanzas en práctica, aunque no se cuando!!!