Con el título de "Ikigami" se publica actualmente un manga muy recomendable. En el enlace se detalla su argumento, que resumo.
Un presente semejante al actual, en un Japón totalitario existe la llamada "Ley para el sostenimiento de la prosperidad nacional" por la que en las campañas de vacunación infantiles se inserta aleatoriamente en un 0,1 % de las vacunas una cápsula que provocará la muerte al sujeto durante la franja de edad de los dieciocho a los veinticuatro años (hay un complejo sistema para garantizar la aleatoreidad de los vacunados con la cápsula, el momento en que ésta se activará y la confidencialidad de esta información) . El Ministerio de Sanidad y Bienestar social emplea unas notificaciones, los ikigami, para comunicar al sujeto el momento de su muerte con 24 horas de antelación mediante unos funcionarios llamados Mensajeros. El manga lo protagoniza uno de estos Mensajeros y narra la historia de éste y de los notificados con los ikigami, sus reacciones ante su inmediata muerte.
La clave del éxito de la historia es provocar en el lector la reflexión de en qué emplearía sus últimas 24 horas de vida, comparándose con unos personajes con los que empatiza de inmediato.
Un presente semejante al actual, en un Japón totalitario existe la llamada "Ley para el sostenimiento de la prosperidad nacional" por la que en las campañas de vacunación infantiles se inserta aleatoriamente en un 0,1 % de las vacunas una cápsula que provocará la muerte al sujeto durante la franja de edad de los dieciocho a los veinticuatro años (hay un complejo sistema para garantizar la aleatoreidad de los vacunados con la cápsula, el momento en que ésta se activará y la confidencialidad de esta información) . El Ministerio de Sanidad y Bienestar social emplea unas notificaciones, los ikigami, para comunicar al sujeto el momento de su muerte con 24 horas de antelación mediante unos funcionarios llamados Mensajeros. El manga lo protagoniza uno de estos Mensajeros y narra la historia de éste y de los notificados con los ikigami, sus reacciones ante su inmediata muerte.
La clave del éxito de la historia es provocar en el lector la reflexión de en qué emplearía sus últimas 24 horas de vida, comparándose con unos personajes con los que empatiza de inmediato.
Lo que extraña sobremanera al lector occidental es el fundamento de esa Ley, extracto del cómic (en boca de un funcionario del Ministerio): "Así mismo, la población crece sabiendo que puede llegarle la muerte en cualquier momento. Ese miedo es lo que hace que su percepción del 'valor de la vida' sea mayor y contribuye a construir una sociedad que siempre mira hacia adelante".
Se trata de una perversión (por lo impuesta, fundada en el "miedo") de la filosofía propia de los samurais, frecuentemente empleada como sustrato de posturas ultranacionalistas en la historia moderna de Japón.
Como ejemplo, el comienzo del libro El Código del Samurai, de Daidoji Yuzan: "Un samurai debe ante todo tener constantemente en mente, [...] el hecho de que un día ha de morir. Ésa es su principal tarea. [...] Pues la existencia es tan impermanente como el rocío al atardecer y la escarcha de la mañana y especialmente incierta es la vida del guerrero; y si piensa éste consolarse con la idea del servicio permanente a su señor o la dedicación perpetua a los familiares, puede suceder cualquier cosa que le haga descuidar sus deberes hacia su señor y olvidar las obligaciones hacia su familia. Pero si decide simplemente vivir el hoy sin preocuparse del mañana, de forma que cuando se halla ante su señor para recibir sus órdenes piensa en ellas como si fuesen las últimas, y cuando contempla los rostros de sus parientes siente como si nunca los fuera a ver de nuevo, su deber y consideración hacia ellos serán completamente sinceros, al tiempo que su mente estará de acuerdo con la vía de la Lealtad y del Deber Filial".
La premisa de la historia, la "Ley para el sostenimiento de la prosperidad nacional" no se comprende sin conocer la herencia que en el carácter de la nación japonesa han dejado los samurai, su manera de entender el "carpe diem", por decirlo así.
1 comentario:
A mi que no me llegue nadie con mis billetes a Tokio ya comprados (si señor, YA COMPRADOS) diciendo que me quedan 24 horas de vida, que del sopapo que le suelto se viene conmigo directo a la otra vida...
Es que con mi viaje a Japón no bromea NADIE!!
Publicar un comentario