miércoles, 2 de julio de 2008

Un día de mierda




Pues eso, que ha sido un día de mierda en La Compañía. No deberían existir los jueces ni los secretarios de Ayuntamiento. ¿Por qué las cosas no podrían solucionarse a hostias civilizadamente?.

En cuanto al coaching... Qué duro tiene que ser educar a un crío, y a una cría ya ni te cuento. Es muy duro intentar transmitir a alguien lo que humilde y duramente se ha aprendido. No es como un consejo que se da a un amigo o algo así. A mí se me hace muy duro, no tengo vocación docente. También es cierto que me va el rollo tutelar, siempre dos hay.

Es duro pero también es muy satisfactorio. O sea, poder compartir con alguien algo que tú has aprendido a base de ensayo-error, de mucho esfuerzo y malas experiencias, para evitarle ese proceso, para poder ayudarle y finalmente hacerlo, ver que esa conducta o actitud se ha aprehendido, se ha tomado como propia porque existe un vínculo de confianza o ha sido vista desde una perspectiva crítica y reconocida como algo bueno, como algo útil y positivo.

A veces esa labor también saca una parte mala de ti, una parte egoísta. O sea, si pudieras decirle al mando de la tele que se acercase hacia tu mano y estuviera obligado a hacerlo ¿te levantarías del sofá para cogerlo?. Pero todos somos imperfectos, todos aprendemos de los demás.

Hay que ayudar a la gente y ser autocrítico. Hay que intentar ser humilde y sobre todo no tirar la toalla. Porque a veces, desde una perspectiva altiva de las cosas, puedes ver a alguien más inexperto con una mirada de leona, como la leona mira a uno de sus cachorritos que está enfermo, débil, y lo huele y sabe que no va a salir adelante y lo deja sin comer o que se pierda por la sabana, porque su instinto le dice que si hay que ir se va, pero ir para nada es tontería.

Pero yo no, antes reviento yo. Mi equipo se merece lo mejor. Mi lucha es conmigo mismo para estar a su altura. Yo solo quiero que sean mejores que yo cuando estaba en sus circunstancias, para que sean mucho mejores que yo a día de hoy en menos tiempo que yo, para que sean en un futuro mejores de lo que yo nunca pueda llegar a ser.

5 comentarios:

Meg dijo...

Todos tenemos reveses en el trabajo, no será la primera vez ni la última. También puede ser que el caso lo ganara la otra parte porque llevaba más razón que tú.

En cuanto a la docencia... a mi me ha encantado la experiencia de este año como profe de un curso de transportistas. Y me han aprobado 7 de 12, que para ser mi primer año está genial y es muy bueno (eso me ha dicho el jefe).

Ahora bien, el tutelar a la gente... no sé yo si sería capaz o no de hacerlo, son dos cosas muy distintas y no es lo mismo dar clase para 12 ó 15 que tener bajo la tutela a una persona que se va a empapar de ti en todos los sentidos y en todos los aspectos, buenos y malos. Supongo que si algún día tengo tanto trabajo que no puedo más y tengo un pasante, será de ese tipo tutelar. Ya te contaré.

Anónimo dijo...

No sé tus pupilos, Goliadkin, pero tu vas a llegar muy lejos, tanto como quieras. Y sin necesidad de que nadie te enseñe el camino.
Algunos ya tienen que conformarse con distinguirte a duras penas en lontananza.

sushi de anguila dijo...

Pepa interviene poco, oh samurai descarraido, pero cuando lo hace alcanza una clarividencia y tiene más razón que el maestro Yodah en sus asertos. No suele equivocarse en sus juiciso de valor, Goliadkin-San...y eso tú lo sabes de sobra, remolón...suerte con la chavalería en The Firm...

Goliadkin dijo...

Muchas gracias a todos, de verdad, no se podrá decir que mis amigos no me tienen en buena consideración...

Por cierto Meg, en La Compañía siempre tenemos la razón, lo que pasa es que alguna vez sufrimos los defectos de El Sistema.

Ginger dijo...

entrada, entrada, entrada!