miércoles, 16 de julio de 2008

Los caballeros del riesgo


Espero que a muchos de vosotros esta entrada os ayude a apreciar la grandeza y épica de este deporte maravilloso que es la F1. Os resumo un artículo aparecido en la revista F1 Racing nº 86 (abril 2006, edición española), que me impresionó y me ayudó a comprender el apasionado heroísmo de todos los que compitieron y de los que a día de hoy compiten en la categoría reina del automovilismo.

En los primeros 25 años de F1, entre 1950 y 1975, 65 pilotos y ex pilotos dejaron la vida en las pistas. En ese periodo participaron en carreras de F1 unos 410 pilotos. La estadística revela que 1 de cada 6 murió en carrera. Ni siquiera en Omaha Beach, durante el desembarco de Normandía, se dió un porcentaje de bajas tan alto.

Las medidas de seguridad eran casi inexistentes. Cualquier piloto que compitiera por tan solo 5 años tenía un 65% de probabilidades de sufrir un accidente mortal. De esos 410 pilotos 125 participaron solo en 1 gran premio y otros 110 no llegaron a participar en 6. La mitad de los 65 fallecidos pertenecía a estos 235 pilotos que disputaron de 1 a 6 carreras. La otra mitad, 33, pertenecieron a los pilotos más asiduos, ascendiendo su porcentaje de mortalidad a casi el 20%, es decir, 1 de cada 5.

De los 25 pilotos que participaron en el primer mundial, en 1950, un tercio, 9, acabarían muriendo al volante.

La temporada más funesta fué la de 1957. Aquel año debutaron 12 pilotos, casi la mitad, 5, moriría en pocos años. De los 16 pilotos que participaron en la primera prueba, el GP de Argentina, 9 fallecieron al volante. Ferrari comenzó la temporada con 6 pilotos oficiales. Todos ellos morirían en accidentes. Esta es la historia de los que fueron conocidos como "los caballeros del riesgo".

Mike Hawthorn, primer británico ganador de un GP en 1953. Su manera de celebrarlo fué concebir un hijo ilegítimo con una desconocida en una fiesta esa misma noche. En las 24 horas de Le Mans de 1955 se vió implicado en la mayor tragedia de la historia del automovilismo: al entrar en boxes provocó que un Mercedes, al tratar de esquivarlo, se fuera contra la grada, muriendo el piloto y 82 espectadores. Hawthorn volvió sin embargo a salir a pista y ganó la carrera, que no fué detenida a pesar de la masacre.


Eugenio Castellotti era un joven y prometedor piloto italiano que vino de Lancia ingresando en Ferrari. Antes de ello, en la prueba en Monza de un bólido Ferrari cedió su volante por cortesía al gran campeón Alberto Ascari, que insistió en probarlo a pesar de estar convaleciente de un accidente en Mónaco en el que su coche cayó al agua. Ascari murió en un accidente en la tercera vuelta.


Peter Collins, el más jóven de todos, de 25 años, y también británico fraguó una gran amistad con su compatriota Mike. Le esperaba una brillante carrera habiendo acabado tercero del mundial el año anterior.


Luigi Musso, el más veterano, de 32 años, rivalizaba con su compatriota para ver quién era el mejor piloto italiano, habiendo debutado el año anterior con una victoria en el GP de Argentina.

Alfonso de Portago, marqués y grande de España, debutó el año anterior con Ferrari y aguardaba espectante la temporada, habiendo conseguido un segundo puesto en Silverstone.


Wolfgan von Trips, un joven conde alemán era la última apuesta de "il Commendatore" Enzo Ferrari, que le había perdonado tras comprobar que en una prueba en la que destrozó un coche él no fue el culpable, accidente por el que le había expulsado fulminantemente.


En 1957 sólo competían Ferrari y Masserati. En esa época los pilotos participaban además en otras pruebas y carreras y se podía compartir coche en una carrera, relevándose los pilotos. Eran 7 contra 7. 7 Ferrari y 7 Masserati. 3 pilotos de Masserati morirían al volante, frente a 9 de Ferrari, puesto que morirían también además de los 6 pilotos oficiales otros 2 que compartían volante y 1 en un Ferrari no oficial.

Para Mónaco, la segunda prueba, ya habrían muerto 2 pilotos Ferrari. Castellotti intentando batir el récord del circuito de Módena a petición de Enzo Ferrari, ya que acababa de ser batido por un Masserati a manos de otro piloto que también acabaría muriendo, Jean Behra, y había que recuperar el honor de la escudería. Se mató en la segunda vuelta del intento. Por su parte, De Portago murió en las Mil Millas, matando en el accidente a 12 espectadores.

1957 resultó ser el peor año para Ferrari en resultados desde que empezó a competir, no logró ni una victoria. En 1958, Musso se mató en el GP de Francia. Collins se mató en el Nürburgring. Finalmente Hawthorn ganó el título pero afectado por las muertes de sus compañeros dejó la competición. Murió tres meses más tarde en un accidente de circulación en Inglaterra, a manos de su Jaguar. Von Trips probó suerte en la escudería Porsche para regresar a Ferrari y cuando lideraba el mundial en 1959 se mató en Monza al chocar con Jim Clark, futuro gran campeón que también moriría al volante, convirtiéndose en el primer subcampeón a título póstumó, ganando el campeonato Phill Hill, este sí, que aún vive para contarlo.

De 1957 a 1961 murieron 22 pilotos de F1, en el que resultó ser el periodo más sangriento de la competición.


14 comentarios:

Meg dijo...

Como considero que partes de una premisa errónea, solo te diré una cosa: cuando lo más importante para ganar es una máquina y no la propia persona, no estamos ante un deporte, sino ante otra cosa. Llámalo competición, llámalo trabajo, pero no lo llames deporte.

Goliadkin dijo...

Eso lo dice mucha gente Meg, pero yo veo claro que no es así. Tú dale las zapatillas equivocadas a Asafa Powell y no batirá el récord de los 100m, tú dale el hierro equivocado a Tiger Woods y no embocará, dale una raqueta de padel a Nadal y no ganará Wimbledon etc.

Al nivel en que se desenvuelven los deportistas de élite cualquier mínimo detalle determina la victoria.

No resulta discutible que la preparación física de los pilotos equivale a la de cualquier atleta profesional, además de que deben tener cualidades técnicas muy elevadas para entender y evaluar el coche con el nivel de sofisticación que tiene hoy día. Las carreras duran máximo dos horas por el reglamento por el riesgo de deshidratación de los pilotos, que pueden aguantar temperaturas de 70 grados, las fuerzas g propias de un piloto de avión... Es también el mayor deporte de equipo que existe, en cuanto que el piloto puede ser lo más visible, pero participan miles de personas, profesionales de élite en sus campos, para crear y desarrollar los coches.

Además, en esta época el piloto contaba más que nunca, se ganaban carreras por casi horas de diferencia únicamente por el valor y el talento, porque se jugaban la vida en cada curva.

Lo más importante siempre es la persona, la personalidad.

Creo que hay que superar esa concepción tan limitada de lo que es deporte, con todos los respetos.

Antonio Rentero dijo...

Una entrada fascinante.

Mi devocion por la F1 "antigua" hace que me resulte millones de veces mas emocionante ver "Grand Prix" de John Frankenheimer que una carrera de los domingos en la tele.

Meg, si me permites la correccion, la premisa erronea es considerar que lo importante es la maquina... no hay mas que acudir a la propia competicion para ver que lo realmente determinante es el hombre.

Siendo justos, es el conjunto lo que debe funcionar, pero esta claro que las decisiones, la destreza... son las cualidades humanas que significan la diferencia entre victoria y derrota.

Suponiendo que la tecnologia cumpla su papel, que hay igualdad entre las maquinas de dos pilotos de la misma escuderia... ¿cuantas veces han entrado dos pilotos a la vez? Siempre llega uno antes que otro, y los fallos mecanicos suceden, pero los aciertos humanos marcan la diferencia.

Por eso es un deporte.

Por cierto... los ciclistas tb usan una maquina y nadie duda en llamar deporte al ciclismo... o al competidor de tiro al blanco, o al de piragua, o al de vela, o al de... ¿y la hipica? ¿es deportista el jinete o todo el merito es del caballo? ;-)

sushi de anguila dijo...

Es que 'Grand Prix' es un megapeliculón que incluso a mí, que los coches ni fu ni fa al lado de los aviones, me flipa (espero que esté entre las joyas de la videoteca de Goliadkin...si no, te la regalo, perillán, ya que lo de 'Gosht Dog' no fue posible...).

Pero es queya desde el más remoto y vibrante antecesor de la F-1, el circo (ojo, no confundir con lo que sucedía en los anfiteatros, con los gladiadores y tal) romano, en el que tan importante era la calidad del auriga como la de sus dos (bigas) o cuatro (quadrigas) caballos de tiro...que el bueno de Ben-Hur, sin sus cuatro caballos blancos árabes: Aldebarán, Altair, Antares y Rigel....no le gana a Messala ni jarto de vino.... Ese espíritu de competición es el que recuerda Ferrari en cada carrera merced al escudo adoptado del gran 'as' italiano de caza Francesco Baracca...no olvidemos que aún hoy la potencia de los coches se miede en.....oops...caballos...

GOLIADKIN, SENSACIONAL POST...estos pioneros de la F-1 tienen tanto interés y fascinación como las vidas de los ases de caza de la II Guerra Mundial, más menos....Un abrazo

PD: Por cierto, lo del inglés y la preñez generada con la desconocida el día que se hizo con el campeonato...tela...

Antonio Rentero dijo...

Ya no se celebran las victorias como antes...

Goliadkin dijo...

La verdad es que el artículo es una pasada. Lo he colgado porque lo intenté buscar y no lo encontré, espero que mucha gente que navegue por internet lo encuentra, aunque sea un resumen, una paráfrasis.

Lo importante para correr es la calidad de las jacas, vamos, ese es el mensaje que extraigo yo de este foro...

Por cierto, Gran Prix gran película, que editaron en DVD hace un año o así con un montón de extras espectaculares. También es un peliculón las 24h de Le Mans, con Steve McQueen.

Estas películas profundizan en la sicología del piloto, que a mí me parece tan interesante.

Antonio Rentero dijo...

Sástamente.

Ahora con tanto plano de media docena de fotogramas y con coches hechos por ordenador corriendo por carreteras hechas por ordenador lo de menos es el hombre y lo de más es la máquina.

Pelis como "Grand Prix" o "Le Mans" inciden de manera primordial en el hombre, su motivación, sus emociones, sus frustraciones, sus anhelos... la máquina sigue siendo un accesorio, como el piolet y los crampones que permiten al escalador coronar una cima. Determinantes, sí, pero volviendo al mundo del automóvil y parafraseando un mítico anuncio de "gomáticos": la potencia sin control no sirve de nada.

La máquina pone la potencia, el hombre pone el control.

Para este verano espero estrenar un proyector de video y ya me reservaré una tarde para darme una sesión doble con la edición especial de "G.P." y de postre "L.M."... tengo que buscarme una bandera a cuadros.

Meg dijo...

No niego la gran preparación física de los corredores de coches y motos, faltaría más, ni de sus cualidades físicas y mentales a la hora de aprovechar ese mínimo espacio por el que se cuelan y superan a un contrario.

Pero en la actual F1 no se corre en igualdad de condiciones y, por tanto, no gana el mejor, sino el que tiene mejor coche. Fíjate en Alonso mismamente, con lo buen conductor que es, este año está haciendo unos resultados medios (que no mediocres, oiga) porque su coche no está a la altura del de los ganadores. En situaciones de igualdad (como la de la Fórmula Nissan) sí gana el mejor conductor.

Quizá pienses que hablo de más, pero son muchos años mirando el televisor con competiciones de coches y motos, muchos años leyendo revistas especializadas...

Antonio Rentero dijo...

Insisto en que estamos ante un conjunto hombre-máquina.

Partamos de la base de que la máquina no falla, entonces todo el peso recae en el hombre. El primer año que Alonso ganó su coche no era el mejor, el segundo año tampoco tenía EL MEJOR coche, aunque sí había mejorado. Ahora el coche es regular, pero si un piloto tiene un buen día (Nelsinho ayer) queda segundo y si otro tiene un mal día (ALonso ayer) se hunde en la tabla.

Pasa lo mismo con las motos. Valentino yo creo que ganaría hasta en un Vespino :-)

Es cierto que las copas monomarca, como esa de Nissan que citas, ayudan a que el que gane sea EL MEJOR PILOTO ya que todos los coches son idénticos.

En la F1 las limitaciones técnicas persiguen tb esa igualdad, pero el presupuesto de un equipo grande (Ferrari, McLaren, Toyota) ayuda a que el pilot no necesariamente tenga que ser Schumacher para estar disputando podios, evidentemente.

El año pasado, cuando NO ganó Lewis, con todo lo que podamos achacarle, hizo un excelente Campeonato y al final no ganaron los McLaren, que eran los mejores coches a la par con los Ferrari, gano Raikkonen, que junto con Massa estaba en los cuatro mejores, pero ¿qué fallo? el factor humano. A Lewis le pudieron los nervios y la ambición, al innombrable jefe de filas de McLaren le falló la tozudez y la falta de respeto (no es de recibo tratar en plano de igualdad a un bicampeón mundial que a un debutante, por muy bueno que sea este).

Quizá en eso se incide poco, en apreciar la parte mental de la F1, la estrategia, la resistencia, la rapidez en la toma de decisiones, la determinación... tb el ajedrez es un deporte, ¿no?

Meg dijo...

Nonono, no nos confundamos, yo tampoco considero al ajedrez un deporte. Es un juego, en el que se compite y hay torneos y juegos y premios y demás, pero no es un deporte. Al menos no desde mi punto de vista, en el que es el cuerpo, la fuerza física, lo que prima.

Antonio Rentero dijo...

Ah, claro, es que empecemos por ahi, por lo que entendemos como deporte... ¿y la hípica? ¿y el tiro olímpico? ¿y el bobsleigh?

Goliadkin dijo...

Siguiendo el criterio del cuerpo de Meg:

EL boley playa femenino, y la Kournikova y la Sharapova... eso sí que son deportes...

Antonio Rentero dijo...

Mira tú por donde que yo eso lo veo más como espectáculo...

Ashbless dijo...

Precioso el post. Me ha gustado mucho, y no solo por la documentación, sino por el modo de narrarlo.

Felices vacaciones. Espero que vuelvas del Camino para compartir anecdotas. Un abrazo y buena suerte